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Siglo XVII: la Edad de Oro de San Juan de Luz
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Es una época crucial en la historia de San Juan de Luz: son los veinte años que transcurrieron, de 1640 a 1660, hasta el epílogo del Tratado de los Pirineos; el matrimonio de Louis XIV fue la consagración.
De hecho, antes de 1640, el país entre el Bidasoa, Hondarribia por un lado y Bayonne por otro, era un terreno permanente de maniobras, escaramuzas y batalllas en los puestos de ataques, franceses y españoles. ¿Cuántas veces San Juan de Luz, ocupada por las tropas del rey de España, no se vio saqueada, quemada y reconstruida?
A partir de 1640, aparece un cambio en la visión de los lugareños. Se mpieza a construir en piedra: sin duda, pensando ya que vamos encaminados hacia los nuevos tiempos.
No le falta riqueza: en 1660, San Juan de Luz cuenta con 12 000 habitantes.
La ciudad llevaba tiempo beneficiándose de ventajas y de franquicias, que los reyes de Francia le otorgaban generosamente, en compensación y como indemnización por todos daños y el sufrimiento causados.
La pesca de caza de la ballena y del bacalao están en pleno auge, el comercio también, y la persecución empieza a desarrollarse…
LA CAZA DE LA BALLENA
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Los Vascos eran unos audaces marineros, acostumbrados a desafiar el mar y todos los peligros pesqueros cercanos o lejanos
Habían aprendido de los Vikingos, incluso antes de convertirse en los Normandos, el arte de caza de la ballena desde los siglos VIII y IX.
En esa época, estos cetáceos se acercaban a nuestras costas. La vigilia informaba de su presencia desde las torres construidas en los acantilados, y barcos se lanzaban al caza.
En esta mitad del siglo XVII era necesario, sin embargo ya, navegar hasta Spitzberg, Groenlandia o Tierra-Nueva
Los Lohobiague fueron, de los primeros balleneros en practicar este tipo de faena en aguas lejanas.
LA PERSECUCION
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La persecución contribuyó, en gran medida también, a la fortuna de la ciudad.
Pero, ¿entonces, quiénes eran estos corsarios y cómo se convirtieron en ellos? En conclusión: ¿la persecución no era una simple forma legislada y regulada de la piratería?
Seguramente que un día se presentó la oportunidad y se produjera, probablemente también, por la necesidad de algunos balleneros escasos de víveres, de agua y de pescado. ¿Y justificaría el encuentro de un barco mercante por casualidad?
Estas prácticas alcanzaron rápidamente unas dimensiones extraordinarias. Las prohibiciones resultaban imposibles y quiméricas. Convirtieron a estos hombres en corsarios, sometiéndolos a una norma que impuso estrictas regulaciones para los marineros que no formaban parte de la Marina Real.
Con esta transformación, el Rey y su tesoro no se vieron afectados de pérdidas, ya que las capturas se compartían rigurosamente.
La persecución arrojó excelentes resultados para San Juan de Luz, como en Dunkerque o en Saint-Malo.